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    La enfermedad, que se transmite por la picadura del mosquito ‘Anopheles’, en los casos más graves, puede llevar al coma.
    La malaria está erradicada en España desde hace medio siglo y, aunque por el momento los únicos casos que se han dado son importados de otros países, la Asociación Nacional de Empresas de Control de Plagas (ANECPLA) asegura que es necesario permanecer “atentos” ante el riesgo de la introducción de la enfermedad como consecuencia de la globalización y el calentamiento global.
    MADRID. La enfermedad se transmite por la picadura del mosquito ‘Anopheles’ y entre otros síntomas provoca escalofríos, sudoración, dolor de cabeza, vómitos, diarreas y dolores musculares. Y en los casos más graves, puede derivar en cuadros de insuficiencia renal o hepática, trastornos del sistema nervioso central e incluso en estados de coma, lo que la hace especialmente peligrosa.
    Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), la malaria o paludismo está presente en cerca de un centenar de países, lo que pone en riesgo al 50 por ciento de la población mundial. Afecta especialmente a los países de Africa subsahariana, aunque también está presente en Asia, América Latina, Oriente Medio e incluso en algunas regiones de Europa.
    En España, informan los expertos en plagas, el número de casos importados de paludismo va en aumento probablemente por el incremento de los viajes e inmigrantes a países endémicos, pero “el riesgo de transmisión autóctona sigue siendo muy bajo”.
    El problema, según apuntan, es que por su cercanía con el continente africano y su climatología es uno de los países en riesgo y, no en vano, en 2010 se registró el primer contagio desde la erradicación de esta enfermedad en 1964, que fue aislado y sin ningún riesgo para la población.
    En otros países europeos como Grecia, en 2011 se registró el primer gran brote en el continente en casi medio siglo, con 61 afectados, que los expertos atribuyeron a fallos en los sistemas de control.
    “Las autoridades sanitarias y el sector deben permanecer muy atentos, ya que casi medio siglo después de la erradicación enfermedades como la malaria en el continente europeo, los mosquitos vuelven a ser transmisores de la enfermedad”, ha recordado ANECPLA.
    LAS POBLACIONES DE MOSQUITOS PUEDEN MULTIPLICARSE
    Además, el calentamiento global del planeta puede llegar a alterar los agentes ambientales que influyen en la transmisión de estas enfermedades, multiplicando las poblaciones de mosquitos o prolongando su época de actividad.
    Por ello, piden promover la colaboración entre administraciones, empresas y organismos del sector, y la cooperación internacional de los países para evitar la propagación de la enfermedad, aumentando los mecanismos de control en puertos, aduanas y aeropuertos y las condiciones de salubridad y de los controles en los países que exporten mercancías.
    Una mayor concienciación entre los profesionales sanitarios y el control de la situación en la Unión Europea con presencia de poblaciones del mosquito ‘Anopheles’, transmisor de la malaria, son también prioritarios para que los casos sean rápidamente identificados y comunicados.
    Y en España, aunque la situación está bajo control, el sector permanece atento ante la posible proliferación del mosquito o de los posibles cambios del ciclo del parásito que transmite la malaria en el interior de estos mosquitos.
     
    FUENTE:http://www.noticiasdenavarra.com/