Recorren más de 9.000 kilómetros desde las heladas aguas de la Antártica, en el sur del continente.
Por esta época, estos enormes mamíferos, que llegan a pesar 40 toneladas y a medir 18 metros, llegan casi hasta la frontera con Panamá para aparearse y dar a luz a sus crías, luego de haber consumido en el extremo sur del continente, por seis meses, una tonelada diaria de zooplancton.Esto convierte entre julio y octubre a sitios como Bahía Solano, Utría y Nuquí, en Chocó; y Bahía Málaga, en Valle, en puntos ideales para que los viajeros se reúnan a apreciar a estos animales. En ocasiones es posible tener la suerte de ver a las ballenas saltar del agua varios metros, aunque la mayoría de las veces solamente quedan visibles sus lomos gigantescos que sobresalen del agua. Es importante no acercarse demasiado para evitar molestar a estos animales y mantenerse a una distancia mínima de 200 metros con el fin de no interrumpirlos en su viaje.