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Se crearán dos áreas protegidas en La Guajira. También en Arauca, Meta y la Serranía de San Lucas.
Colombia es uno de los países más ricos en diversidad biológica en el mundo. Para resguardar por siempre parte de esa diversidad, existen hoy 58 áreas naturales protegidas que hacen parte del Sistema de Parques Nacionales Naturales. El porcentaje del mapa colombiano que se conserva es del 11% de su extensión terrestre y del 1,48% de su territorio marino. En total, son 14’254.144.3 hectáreas de ecosistemas blindados para la posteridad. Pero estos datos, que han representando un gran avance, no son suficientes. O, para ser exactos, no son los ideales.
Según el Convenio de Diversidad Biológica, de Naciones Unidas, del cual Colombia hace parte, los porcentajes esperados de protección para cada nación deben ser del 17 por ciento de sus territorios terrestres y del 10 por ciento para las áreas marinas y costeras.
Para tratar de cumplir con estos porcentajes antes del año 2020, como lo reafirmaron los países miembros del Convenio, en el país está en proceso de crear ocho nuevos parques nacionales, con los que se completarían 66 y se ampliarían esos números. Dos prioridades, entre muchas otras, son blindar zonas ambientalmente clave de la minería e incrementar la protección del bosque seco, el ecosistema más golpeado del país y del que queda menos del 3 por ciento de la cobertura original.
Sin que se tenga claro las hectáreas que ocuparían y el polígono exacto que abarcarían (datos que precisamente están en discusión y en análisis) antes de que termine la década habría ocho nuevas zonas de reserva nacionales en Meta, Vichada, dos en La Guajira, en Arauca, Bolívar, Cauca y Nariño. Ellas serían:
Serranía de San Lucas (Bolívar). La minería ilegal, la tala y la colonización desordenada, entre otros flagelos, tienen a la serranía, por la que muchos han clamado protección desde los años 60, al borde el colapso definitivo. La idea crear un parque en una parte de su extensa área. Este es un gran macizo de 6.750 kilómetros cuadrados cubierto por bosques tropicales y secos; una formación geológica que está aislada de las cordilleras andinas y situada al sur de Bolívar, condición geográfica que, precisamente, la hace un oasis natural. Para Proaves, fundación que hace esfuerzos por la conservación de las aves, la serranía es uno de los sitios más importantes del país desde el punto de vista biológico. Hay al menos 374 especies de aves, una decena de ellas amenazadas de extinción. Además, detectó una gran cantidad de mamíferos vulnerables como el oso de anteojos, y al menos cinco especies de monos. Esteban Payán, director de la fundación Phantera-Colombia, dice que esta zona es trascendental para la creación del Corredor Jaguar, iniciativa que busca recuperar las rutas que usa este animal entre Centroamérica y Argentina para reproducirse.
Alto Manacacías (Meta). Para aislar la cuenca alta y media del río Manacacías de la explotación de petróleo, se busca la creación de un parque nacional de cerca de 569 mil hectáreas. Se conservarían seis extensas playas de arena blanca y ocre, delfines rosados que viven en los ríos Yucao y Manacacías y la pesca artesanal de cachama. Estaría situado en los municipios de Puerto Gaitán, San Martín y Puerto López, y en parte de Mapiripán.
Selvas de Lipa (Arauca). Esta es una gran zona de humedales y raudales, amenazados por la expansión de la frontera agropecuaria, monocultivos de arroz y explotación petrolera. Una reciente evaluación realizada por el Instituto von Humboldt, allí están en juego 312 especies de plantas vasculares, como el cedro amargo y la palma sarare, y 107 especies de peces. Hay 31 especies de anfibios y 187 de aves.
Selvas de Cumaribo (Vichada). Estas selvas son un territotio extenso entre la Amazonia y la Orinoquia. La eventual zona protegida busca aislar al menos una porción de ese bosque de los cultivos agrícolas, la tala de arboles, la ganadería, la sobrepesca, la demanda excesiva de recursos y la contaminación del agua con desechos tóxicos. Están allí casi 12 mil indígenas de las familias cubeo, sikuani, curripaco, piapoco, puinave y piaroa; quienes se refieren a esta tierra como el ‘Corazón de la Salud’. Esta zona incluye gran cantidad de aves migratorias, fauna como jaguares y al menos198 especies de mariposas.
Bosques Secos del Patía (Cauca). Este ecosistema está en peligro crítico de extinción, pese a que es hogar del emblemático mono tití cabeciblanco –uno de los primates más amenazados del mundo- según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN)–, de micos aulladores, lagartijas azules, colibríes, loros, guacamayas, boas constrictor y arañas lobo. No hay que desconocer que en ciertas épocas del año hace honor a su nombre y parece un desierto, una zona estéril en la que solo parecieran crecer chamizos y arbustos. Pero basta que lleguen las lluvias para que se transforme en un despliegue de plantas multicolores, guayacanes amarillos, ocobos rosa, cámbulos rojos; que van creciendo hasta formar una selva comparable en biodiversidad y espesura con el Amazonas. Del total del bosque seco que tenía Colombia en el siglo XX, hoy queda menos del 3 por ciento.
Cabo Manglares (Nariño). Estaría situado en Tumaco y buscaría la protección de zonas de manglar que son vitales para el sostenimiento de la pesca. Los manglares además son zonas de importancia para aves y anfibios. También, por su ubicación en zonas de costa, hacen las veces de diques naturales contra el avance del mar. En este departamento sostienen la piangua, uno de los alimentos más consumidos en el Pacífico colombiano.
Serranía del Perijá (La Guajira). La nueva zona protegida cubriría parte de la Serranía del Perijá situada entre las llanuras del Cesar en Colombia y las llanuras costeras del Lago de Maracaibo, en Venezuela. Está muy cerca de la Sierra Nevada de Santa Marta. A pesar de que sus selvas están prácticamente extintas por las diversas presiones que el hombre ha realizado sobre la serranía, se buscaría preservar selvas húmedas, algo de las 541 especies de aves como colibríes y halcones, así como osos andinos y dantas.
Bahía Portete (La Guajira). Está entre el Cabo de la Vela y Punta Gallinas. Allí hay formaciones coralinas, bosques de manglar y enormes poblaciones de aves marinas, tortugas, y langostas. Es considerada como una de las áreas naturales con mayor diversidad y heterogeneidad del país.
fuente:http://www.eltiempo.com